Los dientes son una de las partes más importantes del cuerpo humano y vienen en una variedad de formas y tamaños. Hay cuatro tipos principales de dientes: incisivos, caninos, premolares y molares, que cumplen funciones diferentes y que van a influir en la forma de morder.
Los incisivos se usan para trocear la comida, los caninos ayudan a desgarrar los alimentos, los premolares muelen la comida en trozos más pequeños para facilitar la digestión y los molares se usan para moler la comida en partes aún más pequeñas. Todos son necesarios y cada uno juega un papel importante a la hora de morder, factor indispensable en el mantenimiento de tu salud bucal.
Si la mordida es correcta, todo estará bien, pero si la mordida es mala, puede provocar problemas de alineación en la dentadura, por lo que las piezas superiores e inferiores no encajarían correctamente. Veamos cómo puedes saber si tienes una mala mordida. Hay varios tipos:
- Mordida cruzada. Se produce cuando los dientes inferiores están superpuestos (por fuera) a los superiores de forma transversal.
- Mordida abierta. Los dientes no chocan en ningún momento, aunque la boca esté cerrada.
- Sobremordida. Se produce cuando los dientes superiores se superponen a los inferiores, llegando a cubrirlos casi por completo.
- Borde a borde. El borde de los incisivos superiores choca con el de los dientes inferiores, produciendo el desgaste de las piezas dentales.
- Resalte. Los dientes superiores sobresalen bastante sobre los inferiores hasta el punto de haber una distancia de dos milímetros entre ellos.
Con esta información, puedes tener una idea de cuál puede ser la tuya. Pero recuerda, que ante la duda, lo más conveniente es que le hagas una visita a tu dentista. Los profesionales de Carel Dental somos especialistas en hacer que tus dientes encajen correctamente y puedas gozar de buena salud, no solo bucodental, sino en general ya que una mala mordida también puede derivar en dolor de cabeza, oído y cuello.
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